Mensaje , Jueves 26 de febrero 2009

Hora: 18.15
Le dice la Santísima Virgen a Vicente:
“Hijos míos. Benditos y amados hijos míos.
Trabajad cada día para ser más humildes, trabajad y esforzaos para conseguir la virtud de la humildad, para que cada uno de vosotros comprenda el significado de la palabra humildad. Mirad a vuestros hermanos y mirad en ellos porque allí también está Jesús, porque en cada hermano está Jesús, aunque veáis, aunque sintáis palabras dolorosa a vuestros corazones, recordad que en cada uno de vosotros está Jesús y está esta Madre. A veces, muchas veces no comprendéis los caminos, pero Dios siempre os dará la respuesta necesaria a su debido tiempo. Vosotros mirad a vuestros hermanos y mirad allí que está el Corazón de Jesús, porque Jesús viene a morar en vuestros corazones, porque esta Madre viene a morar en vuestros corazones.
Debéis entender y comprender mis palabras y crecer cada día en todas las virtudes: en la obediencia, en la humildad, en la caridad, en la entrega, en la profunda entrega hacia los brazos de esta Madre. Os cuesta tantas veces avanzar por este camino, os cuesta muchas lágrimas avanzar por este camino y esta Madre os ve y ve a vuestros corazones y ve a todos los hijos por igual y por todos los hijos también como Madre derramo abundantes lágrimas y veo las lágrimas de vuestros corazones y os comprendo como Madre, os entiendo y estoy aquí para guiaros y enseñaros el camino. Vosotros no debéis desconfiar de vuestros hermanos. Vosotros debéis tener el corazón puesto en el corazón de esta Madre, tener el corazón puesto plenamente en mis palabras, para que mis palabras os vayan guiando y modelando, os vayan transformando a cada uno de vosotros.
Sabéis hijitos míos que tiempos difíciles os esperan, esperan a esta Nación, esperan al mundo entero y aun sí con tantas de mis advertencias, con tantos de mis mensajes invitando a la oración y a la conversión, aún así los hijos siguen enredándose en redes de muerte y de pecado, en redes de odio y de división, en redes de desamor, en redes que tiende el maligno para haceros desviar del camino y apartaros de mi lado. Muchos hijos, muchos hijos en el mundo entero tomaron caminos equivocados y esta Madre advirtió, esta Madre previno a tiempo a los hijos, mas los hijos no escucharon a la Madre y siguieron otros caminos. En el mundo entero hay hijos que han perdido el rumbo, que han equivocado el rumbo. Muchas almas hoy están en la oscuridad seducidas por el enemigo y es esa mi batalla: librar a los hijos de las garras del adversario y os encomiendo a vosotros, pequeñas palomas de mi corazón, pequeños retoños de un gran árbol, os encomiendo a que trabajéis arduamente junto a esta Madre.
Sois mis retoños, sois mis pequeñas palomas de mi corazón y quiero que pongáis todo vuestro corazón, plenamente vuestro corazón en esta Sagrada Obra. No busquéis el reconocimiento de los hombres, sino buscad el conocimiento de Dios. No busquéis que los hombres os adulen y os den palabras dulces, sino buscad siempre el estar ocultos, el estar atrás y que sea el nombre de esta Madre el que prevalezca. Entendéis? Comprendéis mis palabras? No desaprovechéis estas horas, estos tiempos, estos momentos, estos segundos que Dios, nuestro Señor os ofrece por su abundante misericordia.
Cuantos verdaderamente, cuantos corazones quisieran estar en este momento en este lugar, aquí en esta hora, en este tiempo de la historia y en esta Santa Casa, cuantas. Valorad entonces estos momentos, este tiempo y estas horas que estáis recibiendo por la abundante misericordia del Señor. Hijitos trabajad, hijitos esforzaos. Hijitos, no temáis. Meditad, meditad, meditad mis palabras”
Hora: 18.22
Le dice Jesús a Vicente:
“Hermanos míos. Benditos y amados hermanos míos. Sed sencillos, sed simples, sed abejas laboriosas, sed verdaderas ovejas de mi rebaño y nunca temáis porque en la barca estoy con vosotros. Trabajad conmigo y ayudadme a echar las redes, echad vuestras redes, echad junto a mi las redes en el mar del mundo para buscar almas, para buscar los corazones, para buscar a todos mis hermanaos. Echad lar redes y veréis cuan abundante es la pesca, veréis cuan inmensa es la pesca y ningún pescado se perderá. Echad las redes junto a mi Sacratísimo Corazón, echad las redes del amor, echad las redes de la paz, echad las redes de la caridad, echad las redes de la profunda verdad sobre el mundo y aprended junto a mí, aprended junto a mi Sacratísimo Corazón, aprended a ser mansos y humildes, a ser obedientes, a ser pequeños como niños, quién no se hace como niño no puede entrar en el reino de los cielos, quien no es como un niño no puede comprender y entender mis palabras.
La división reina en el mundo, el odio, la maldad, la hipocresía, la banalidad reina en tantos corazones. En vosotros debe reinar la humildad, la caridad, la paciencia, la obediencia, la profunda paz, la profunda paz, la eterna paz. Cuantas aguas caudalosas se derraman sobre vuestras cabezas, entorpeciendo vuestros caminos, vuestros pensamientos, vuestras actitudes. No dejéis que las aguas tan turbulentas, tan encrespadas y tumultuosas quiten de vuestro corazón y vuestra mente mis palabras. Recordad cada palabra, el significado de cada letra, de cada coma, de cada punto en cada i. Recordad, meditad y afrontad todas las pruebas con valor, porque esta Obra Santa y bendita necesita corazones valerosos, almas generosas y entregadas, necesito corazones dóciles, firmes y jamás vacilantes, siempre firmes, siempre decididos, siempre entregados. No vengo para reprenderos, no vengo a retaros, vengo a enseñaros porque os amo infinitamente y quiero salvar vuestras almas y conduciros a todos a mi Reino Celestial.
A todos mis hermanos quiero conducir a mi Reino Celestial. Os amo profundísimamente, eternamente, por siempre. Tomad vuestra cruz con gozo y alegría, ofreciendo cada dolor, cada perturbación, cada situación complicada, ofreciéndola por la salvación de todas las almas, por el reinado en el mundo entero de la verdad, de la paz, por el reinado en el mundo entero de mi Sacratísimo Corazón. Hoy debéis meditar mis palabras, profundizadlas cada día, en todo momento y tened confianza que mi mano poderosa, que mi mano siempre poderosa estará puesta en su momento justo, a la hora señalada, para encauzar todas las cosas, para encauzar todos los caminos.
Sois mis ovejas, nunca lo dudéis, nunca.
Meditad, meditad, meditad mis palabras.
*(Leed Salmo 93)
Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
Hora de finalización: 18.29
Mensaje, 14 de Diciembre 2009
Me dice Jesús.
Hermanos míos: benditos y amados hermanos míos. Vuelco nuevamente, Mi Preciosísima Sangre en vosotros. ¡Os doy el bálsamo! Para curar las heridas. ¡Os doy Mi Cuerpo y Mi Sangre! Para que así os fortalezcáis, frente a las pruebas y las tribulaciones. Os doy Mi Paz. ¡Cada día Mi Paz! Para fortalecer la paz de vuestro corazón. ¡Para fortaleceros a vosotros! ¡Mis ovejas! ¡Mis discípulos! ¡Mis apóstoles!
Os doy Mi Paz. ¡Para que vosotros transmitáis la paz a vuestros hermanos! Os envuelvo en Mi Amor. ¡Os envuelvo en Mi Divina Misericordia! Para transformaros, cada día. Para modelaros, cada día. Para haceros verdaderos soldados, de Mi Amor, en todas las naciones.
Hermanos míos. ¡Hijos míos! ¡Predilectos míos! ¡Escuchad Mi Voz! ¡Escuchad Mis Palabras! ¡Escuchad Mis Enseñanzas! Porque soy el Buen Pastor. Porque soy el Verdadero Pastor. ¡Qué os guío! ¡Qué os conduzco! ¡Qué os señalo, el auténtico camino!
¡No temáis! Y avanzad. ¡No temáis! Y trabajad. ¡Avanzad junto a Mi Sacratísimo Corazón! ¡Avanzad junto a Mí! Y dejad de lado, tantos pasatiempos inútiles. Tantos pasatiempos vanos, que os aniquilan el corazón. ¡Qué os anulan el corazón! ¡Qué os entorpecen el corazón! ¡Disfrutad de Mi Amor! ¡Disfrutad de Mis Presencia! ¡Todo el cielo está aquí en éste momento! Toda la corte celestial. ¡Está aquí, en éste momento!
¡No dudéis jamás de Mi Amor hacia vosotros! ¡Todos estáis, en Mi Sacratísimo Corazón! ¡Todos sois mis ovejas! ¡Comportaos como ovejas! Verdaderamente ovejas blancas. ¡Trabajad pues! Para cuidar vuestra lana. Para que se mantenga blanca, radiante, pura. ¡Trabajad verdaderamente!
Para que en vuestro corazón brille la paz, la verdad y el amor.
¡Os enseño, cada día! ¡Os muestro, cada día Mi Camino! Tomad Mi Camino. ¡El verdadero! ¡El auténtico! El camino que conduce a la vida eterna. ¡Tomad el camino de Mi Sacratísimo Corazón! ¡Tomad! El camino de Mi Paz, de Mi Verdad. El camino de Mi Divina Misericordia.
¡Os amo! Pequeñas ovejitas mías. ¡Os amo! ¡Os amo! ¡Haceos humildes y servidores de los demás! Servidores auténticos, de todos vuestros hermanos.
Recibid, Mi Cuerpo. Recibid, Mi Sangre.
Meditad, Meditad, Meditad, Mis Palabras.
Os bendigo, en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Mensaje, 14 de Diciembre 2009
Me dice la Santísima Virgen.
Hijos míos: benditos y amados hijos míos, nuevamente gracias por responder a mí llamado, nuevamente gracias, por estar atentos a las palabras de ésta Madre. Y ésta Madre os dice, aquí estáis la luz. ¡Aquí tenéis la luz! ¡Con la Madre tenéis la luz! Afuera, en el mundo está la oscuridad. Afuera está la tremenda oscuridad que invade a tantos corazones.
¡Aquí tenéis la luz de Jesús! ¡Qué os ilumina! ¡Qué os indica el camino! Vosotros debéis escuchar a ésta Madre y estar atentos a cada una de Mis Palabras. ¡Todos estáis en la verdad! ¡Todos camináis en la verdad! ¡Todos camináis juntos en ésta Santa Obra! Aunque muchas veces, algunas almas, toman caminos equivocados. Y ésta Madre, corre hacia ello, para volverlos al rebaño del Señor.
¡Aquí estáis hijitos míos! ¡La Presencia Celestial de la Madre! Que derrama en vosotros, todas las bendiciones. ¡Todas las gracias! En vuestros hogares, en vuestra familias, en vuestros trabajos. ¡No dudéis jamás del Amor del Señor para con vosotros! ¡No dejéis que las dudas y el temor, invadan vuestro corazón! ¡No dejéis jamás! Que la tristeza os haga perder el rumbo, el verdadero rumbo, el camino indicado. El camino señalado.
Os hablo de amor. Os hablo de unidad. ¡Os hablo de paz, siempre en Mis Mensajes! ¡Siempre en Mis Presencias! Porque quiero que así vosotros, seáis en el mundo entero. ¡Mensajeros! Mensajeros del amor. Mensajeros de la verdad. Mensajeros de la justicia. ¡Veis hijitos míos, cuántas injusticias hay en el mundo! ¡Cuánta rivalidad! ¡Cuánto odio! ¡Cuánta división! ¡Cuánto error, sembrado por tantas partes! En vosotros, no debe ser así. Siempre debe existir la unidad, la paz, la caridad, la justicia plena. En vosotros debe existir siempre, la comprensión. ¡La comprensión entre los corazones! Así iréis construyendo, un poco más, ésta obra de amor y de Misericordia, para con el mundo entero.
¡Muchas almas! ¡Muchos corazones! ¡Muchas almas generosas, están llegando! Para ésta Santa Obra. ¡Esperad! ¡Confiad y trabajad hoy! ¡Qué es el tiempo del trabajo! ¡Qué es el tiempo de la oración! ¡Qué es el tiempo, de que todos vosotros seáis testimonios de esta Obra, ante vuestros hermanos! ¡Qué seáis verdaderos ejemplo, ante el mundo! De que estáis en una Obra, Santa y Bendita, para el mundo entero. Ésta es la Obra, para el mundo entero, de la Santísima Trinidad. ¡Aquí está la Santísima Trinidad! En medio de vosotros, dentro de vosotros, en el lugar Santo y Bendito. En el mundo entero y en todo el universos.
Muchos, no comprenderán Mis Palabras. Otros, aceptaran Mis Mensajes y otros, tomaran un camino equivocado. ¡Meditad en éstas palabras! Meditadlas a cada momento y no dejéis jamás, que las tribulaciones y los vientos impetuosos del mundo, quieran aceros perder el rumbo.
Meditad, Meditad, Meditad, Mis Palabras.
Mensaje, 12 de Enero 2009
Me Dice la Santísima Virgen:
Hijos míos: Benditos y amados hijos míos, en vuestro corazón, están cada una de Mis Palabras. Está mi amor de Madre. Está mi luz de Madre. Vengo a enseñaros hijitos míos y a mostraros, cada día el camino, las pruebas, las cruces. Tantos dolores son para fortalecer vuestro corazón. Son para fortalecer vuestro espíritu y para que así también ayudéis a ésta Madre a socorrer y salvar a tantas almas de las garras del adversario.
En las pruebas, en las cruces, en los dolores, está la mano del Señor. La mano que os acompaña. La mano que os dice y os invita a seguir caminando. ¡Muchas veces, tantas veces! En vuestro corazón surgen los temores, las dudas, los cuestionamientos, el qué dirán. Pero en vosotros, debe existir solamente, en vuestro interior, en vuestro corazón, un ¡Sí! Profundo a ésta Madre. ¡Un Sí! Profundo a la obra del Señor.
Hace tantos años, ésta Madre os viene comunicando, os viene trayendo el mensaje del Señor y aún espero los frutos, aún quiero ver los frutos en los corazones. ¡Y vosotros, hijitos míos amadísimos! ¡Debéis trabajar arduamente! Para que ésta Madre, pueda encontrar los frutos que ha plantado en ésta tierra, Santa y Bendita.
Algunas plantas, se han secado, algunas semillas se han perdido. Pero otras están a punto de florecer y a punto de germinar. ¡Ayudad pues hijitos míos! A ésta Madre, que confía en cada uno de vosotros, en vuestra respuesta, en vuestro ¡Sí! En vuestra entrega total y generosa a ésta obra. A ésta gran obra de amor y salvación.
¡Aquí está María de la Santa Fe!
¡Aquí está María del Luján!
¡Aquí está María de San Nicolás!
¡Aquí está, María de Guadalupe!
¡Aquí está, María de Medjugorje!
¡Aquí está, María de Fátima!
¡Aquí está, María de Lourdes!
¡Aquí está María, Madre de toda la humanidad!
Madre de la Iglesia. Madre de todos los hombres.
Meditad, Meditad, Meditad, Mis Palabras.
Me Dice Jesús:
Hermanos míos: benditos y amados hermanos míos, sois mis pequeños apóstoles. ¡Sois mis ovejas! Y estáis en Mi rebaño. Y veo la angustia y el dolor de vuestro corazón y veo el dolor profundísimo en vuestra alma. Pero cada uno de vosotros, que sois mis ovejas y estáis en mi barca, debéis confiar mucho más en Mi Amor. ¡Mucho más en Mi Presencia! ¡Mucho más! ¡Mucho más, en Mi Divina Misericordia!.
Debéis confiar plenamente, en que Mi Mano poderosa acomodará todas las cosas. Encausará todos los caminos equivocados y arremeterá contra aquellos corazones que están en la oscuridad para destruir. Porque hacia ellos también, se dirige Mi Amor, Mi Verdad, Mi Divina Misericordia, Mi Paz. Porque he dado, mi vida en la cruz, por la salvación de todas las almas. ¡Por la salvación de todos los hombres! ¡He dado mi vida, todos por igual! Y vosotros debéis trabajar profundamente, para que todas las almas conozcan Mi Presencia. Para que todas las almas encuentre Mi Luz. Para que todas las almas encuentren Mi Camino.
¡Estáis agotados! ¡Estáis agobiados! ¡Estáis tan cansados! Pues entonces, ¡Venid a Mí! ¡Llegad a Mí! ¡Y entrad a Mi Corazón! Porque os consolaré. Porque vendaré vuestra heridas. Porque os reconfortaré vuestros dolores y os diré suavemente a vuestro corazón, no temáis. ¡No temáis! ¡No temáis! Recostad vuestra cabeza en Mi pecho. Recostad vuestro corazón y vuestra alma en Mi pecho. Recostad todo vuestro ser, dentro de Mi Corazón. ¡Y no temáis nunca! Al qué dirán.
Os doy nuevamente el fuego de Mi amor. Os doy el fuego de Mi Divina Misericordia. Os doy Mi Paz, Mi profundísima paz, para que así vosotros la trasmitáis al mundo entero. ¡Os amo! ¡No lo dudéis! Os amo ¡Creed en Mí! Os amo ¡Jugaos definitivamente por Mí!
Meditad, Meditad, Meditad, Mis Palabras.
Mensaje, 9 de Agosto, 2009
Me dice la Santísima Virgen:
Hijos míos: benditos y amados hijos míos. Gracias nuevamente por responder. Extiendo Mi Corazón de Madre hacia vosotros. Para ayudaros en éste camino. Os doy hijitos míos, la luz de Jesús. Para iluminaros vuestro camino. ¡No debéis sentir temor, ni angustiaros! Porque la Madre va junto a vosotros. Porque ésta Madre os está sosteniendo, a cada uno de la mano, para superar las pruebas, para pasar las barreras y todas las piedras del camino. A veces, para vosotros parecen muchas, miles de piedras. Pero no son nada. Deben ser para vosotros, como pequeñas piedras de la arena. Como la arena misma por donde avancéis junto a ésta Madre. ¡Hijitos míos! ¡Hijitos amadísimos! ¡Profundizad en Mis Palabras y recordadlas! Cada día de vuestra vida. Recordad Mis Palabras, Mis enseñanzas, todas Mis Advertencias. ¡Recordad y meditad! Cada uno de vosotros en lo profundo de vuestro corazón. Y que Mis Palabras, verdaderamente os ayude a elevar vuestro corazón. A elevar vuestro espíritu. ¡Debéis trabajar! Cada día y en todo momento, por la salvación de las almas. Debéis esforzaros a cada momento, para vivir en a luz. En éste mundo de hoy, donde reina, tanta tiniebla. ¡Tanta confusión! ¡Tanto desorden! ¡Tanta impiedad! Entonces vosotros, debéis esforzaros por mantener la luz y así, iluminar. ¡Iluminar a vuestros hermanos! No debéis bajar los brazos, al contrario debéis superar vuestros dolores y vuestras angustias. Para que Dios, Nuestro Señor. Pueda realizar dentro de vosotros, su obra. ¡Debéis dejar! Que Dios, Nuestro Señor, os transforme. ¡Y vosotros, cada uno de vosotros, debéis ser dóciles a la palabra del Señor! ¡Dóciles! Al Señor. Que constantemente espera, la respuesta de sus hijos. Son tiempos difíciles para la humanidad. Para todos los hombres, para todos mis hijos. Tiempos muy difíciles, de mucha oscuridad. ¡Entonces vosotros, hijitos míos amadísimos! ¡Hijitos predilectos, de Mi Inmaculado Corazón! debéis estar unidos, fortalecidos y perseverar cada día en a luz.
¡Meditad cada palabra! ¡Meditadla! ¡Hijitos míos, Meditadlas!
Meditad, Meditad, Meditad Mis Palabras.
Me dice Jesús Hermanos míos:
benditos y amados hermanos míos. ¡Mirad Mi Corazón! ¡Mirad mis ojos! ¡Mirad mis manos! Os estoy brindando todos los medios. Os doy todos los medios, para cada uno de vosotros. ¡Mirad Mi Corazón herido! ¡Mirad Mis ojos, que os miran! ¡Mirad Mis manos, que acarician vuestras cabezas! ¡Mis manos! que llevan paz a vuestro corazón. Que llevan calma a vuestro espíritu. ¡Mis manos que están sobre vosotros! Para fortaleceros, para enriqueceros, para haceros comprender profundamente, cada una de Mis Palabras y el tiempo que estáis viviendo. El tiempo en que estáis pasando vuestras vidas. ¡Creed en Mí! ¡Creed en Mis Palabras! ¡Jamás dudéis! Porque estoy con vosotros, en todo momento en la barca. Porque vosotros estáis dentro de Mi Sacratísimo Corazón. ¡Todos vosotros! Estáis dentro de Mi Sacratísimo Corazón. ¡Corazón Sacratísimo, Corazón Inmaculado también! Corazón, que os ama a cada uno de vosotros y en forma especial, ¡Jamás dudéis! ¡Jamás dejéis que los pensamientos del mundo! Os haga perder el camino. ¡Jamás dejéis que las trivialidades y vanidades, de éste mundo! Os hagan perder, la luz y la gracia. Os invito vivir en la luz. ¡Os invito a llevar Mi Luz! A las almas. Os invito a llevar Mi Paz. A los corazones y a las almas oprimidas. ¡Debéis trabajar! como ovejas laboriosas. Como abejas cada día en el colmenar. ¡Debéis trabajar! Para superar el dolor y las pruebas. Para superar la angustia y el temor. ¡Debéis trabajar y fundamentalmente trabajar! Para alcanzar a las almas más esquivas de mi lado. A las almas más rebeldes y tercas, que se niegan hoy a escuchar Mi Palabra. ¡Benditos! Amados de Mi Padre. ¡Benditos! Corazones que recibís Mis Palabras. ¡Benditas almas! Que escucháis Mi Voz y meditad en profundidad Mis Enseñanzas. ¡Seáis benditos! Amados de Mi Padre. ¡Elegidos para ésta Santa obra! ¡Convocados para Santa Obra! El mal ¡Jamás podrá destruir el bien! Porque el bien, triunfa sobre todo mal. ¡Vosotros estáis en la luz y en el bien! Y aunque os cueste el trabajo. ¡Debéis seguir en el trabajo del bien! De la caridad, de la bondad. ¡Benditos amados de Mi Padre, porque escuchad! Bienaventurados vosotros que estáis junto a Mí. ¡Bienaventurados vosotros que sentid Mi Voz! ¡Bienaventurados vosotros! ¡Bienaventurados vosotros! ¡Bienaventurados vosotros! Que Mis palabras sean luz, para vosotros.
Sean auténtica luz, para vuestro camino. ¡Mis Palabras, son luz verdadera y auténtica luz! Debéis entonces mirar Mi Luz. ¡Ver Mi Luz! Y no la luces del mundo. ¡Solamente Mi Luz! Porque en Mi Luz, está la verdad, la eterna verdad. Meditad, Meditad, Meditad, Mis Palabras.
Os bendigo, en el Nombre del Padre Y del Hijo y del Espíritu Santo, Amen.
Mensaje, 2 de Julio, 2009
Dice la Santísima Virgen:
Hijos míos: Benditos y amados hijos míos, debéis estar fuertes, debéis tener fortaleza en vuestro corazón y en vuestro espíritu; todo lo que veis, todo lo que sucede en el mundo, ésta Madre lo fue anunciando ¡hace tanto tiempo, hace tantos años! y debéis recordar pequeños hijitos mío, mis palabras de Madre, mis mensajes, cada uno de mis mensajes y de mis advertencias.
Vosotros debéis transmitir a vuestros hermanos la esperanza, la confianza, la entrega total al Señor y no desbarrancaros donde tanta almas se desbarrancan hoy en la desesperación, en la angustia, en el temor, en la oscuridad.
Hijitos míos, recordad mis palabras, meditadlas profundamente y a cada momento y en cada situación grata, en cada situación no grata recordad mis palabras .Os voy a enseñar y a mostrar el camino, os vengo a señalar el camino, a vosotros y a esos hijos que no han podido llegar, y a todas esas almas que se sumarán a esta Santa Obra.
Vengo a señalar el camino, vosotros debéis transmitir a vuestros hermanos mis palabras y decir: la Madre los acompaña, que esta Madre os va guiando y que nadie debe temer al mundo, sino que todos debéis refugiaros en el Corazón del Señor, que todos debéis refugiaros en el Corazón de Dios; en todo momento y en toda necesidad ¡Pedid! y se os dará, a su debido tiempo en su justo momento y cuando Dios Nuestro Señor, lo crea justo.
Hijitos si las tormentas del mundo no deben abatiros, ni vuestro corazón, ni vuestro espíritu, las tormentas no deben haceros dudar nunca de Mi Presencia. ¡Jamás! ¡Jamás! ¡Jamás!……………………………………………………………………………………………………………….
Vosotros entonces rezad, rezad todos los días el Santo Rosario, rezad hijitos míos, porque tenéis un arma poderosa en vuestras manos. Rezad en la angustia, rezad en la desesperación, rezad en la alegría, pero fundamentalmente permaneced fuertes, como siempre os lo pido; fuertes, valerosos y jamás temerosos porque aquellas almas y aquellos corazones temerosos, no son dignos de estar en esta Santa Obra.
Tenéis que poner vuestro corazón totalmente en las manos de ésta Madre, totalmente en Mi Corazón Inmaculado, para que ésta Madre os pueda transformar, para que esta Madre os pueda blanquear y presentar ante Cristo Jesús, Mi Hijo Amadísimo; os vengo a enseñar a vosotros, pequeños hijitos míos, os vengo a enseñar el camino, para que no os arrastre el mundo, para que no os dominen las pasiones, para que no os dominen los vicios.
Cuidad hijitos míos vuestra salud, cuidaos hijitos míos de todo lo oscuro y permaneced en la luz y cada cirio bendito que lleváis y encendéis cada domingo, os haga recodáis mis palabras, mis enseñanzas, Mi Presencia.
Estaré con vosotros siempre, aunque no me escuchéis, estaré con vosotros siempre, dándoos fuerza y mostrándoos signos de Mi Presencia; Mis imágenes en el mundo lloran, mis imágenes derraman tantas lágrimas y hasta lágrimas de sangre por la humanidad rebelde, sorda y ciega que se niega a escuchar al Señor; que se enloquece en los vicios y en el pecado, que busca constantemente el mal, hace el mal y siembra el mal desde el corazón. Vosotros debéis sembrar el bien, la unidad, la caridad, la esperanza y la confianza y serenar vuestro espíritu, vuestro corazón, vuestra mente; debéis meditar Mis Palabras y relajar totalmente el corazón y el espíritu.
Veis cuántas técnicas falsas, engañosas y de Satanás os muestran hoy, diciéndoos que son buenas para el alma, para el espíritu y son redes de Satanás para llevarse más almas al infierno, más almas al fuego eterno. Muchos hoy niegan el infierno, muchos hoy niegan la presencia del adversario, muchos hoy niegan la presencia del mal, pero el infierno existe, Satanás existe, el mal existe, y entonces ¿ por qué tantas almas hoy niegan esta realidad? incluso almas consagradas, Mis propios hijos predilectos, hijos de Mi Inmaculado Corazón, y aquel hijo predilecto que no escuche Mi Palabra y que se ponga en Mi Camino, Dios mismo intervendrá para hacer justicia y para llevar a cabo y adelante Su Obra Santa y Bendita en esta tierra, en esta tierra santa, en esta tierra de bendición, en esta tierra de paz que hoy está sembrada de tanta maldad y de tanto odio pero que pronto y en su justo momento y en el día dispuesto por Dios verá la luz, verá la paz, verá la misericordia.
¡Os hablo pequeños hijitos míos, como nunca os he hablado! os hablo porque os amo porque soy Madre y quiero que todos lleguéis al Reino de los Cielos, que todas las almas lleguen a la salvación y a la vida eterna, pero muchas se escapan de mi lado, huyen de mi lado por seguir el camino fácil, por seguir el camino sinuoso, por seguir el camino que conduce a la perdición y al fuego eterno. Os amo pequeños hijitos míos, aquí tenéis a la Madre, nunca lo dudéis, jamás lo dudéis y transmitid este mensaje a vuestros hermanos, mostrad a vuestros hermanos, estas Mis Palabras y aquellas que no puedan mostrarse guardarlas como secreto.
Meditad, Meditad, Meditad Mis Palabras.
Me dice Jesús:
Hermanos míos: Benditos y amados hermanos míos; os hablo de amor, os hablo de paz, os hablo de abundante misericordia, os muestro Mi Corazón traspasado, os muestro Mis Sacratísimas Llagas, os muestro los latigazos de Mi espalda, os muestro las llagas de Mi hombro os muestro a todos vosotros Mi Corazón rebosante de amor; os vengo a dar cada día una nueva oportunidad, cada Presencia una nueva oportunidad, cada mensaje una nueva oportunidad, os vengo a dar todo Mi Amor, os doy todo Mi Amor y toda Mi Paz en abundancia.
No os angustiéis, no titubeéis, no dudéis, os amo profundamente derramo en vosotros todo Mi Amor, todo el fuego abrazador de Mi Amor, para sanaros, para liberaros, para sacaros del temor y de las dudas, vengo a señalaros Mi camino, el camino de la paz, de la luz, de la justicia; el camino de la Misericordia. Cada uno de vosotros debe ser Misericordia con cada hermano debe ser caridad, con cada hermano debe ser mensajero del amor, con cada hermano; os muestro Mi Corazón Sacratísimo traspasado, herido, abierto por amor a la humanidad a todos los hombres.
Son tiempos dolorosos, tiempos de confusión y tiempos en que más fuertes debéis estar y aferrados a Mi Sacratísimo Corazón; os doy paz, señales de Mi Paz, os doy claras señales de Mi Presencia con vosotros, en cada manifestación de Mi Amor, en cada Presencia Mía, en cada tabernáculo del mundo, derramo hacia los hombres Mi Amor, en cada Eucaristía, derramo Mi Amor.
Os Amo, os Amo, os Amo, no dudéis nunca de Mi Amor. Os Amo, os Amo, os Amo. Recibid Mi Cuerpo, recibid Mi Preciosísima Sangre.
Meditad, Meditad, Meditad Mis Palabras.
Os bendigo en el Nombre del Padre y del Hijos y del Espíritu Santo.
Amén.
Mensaje, 18 de Junio 2009
Me dice la Santísima Virgen.
Hijos míos: benditos y amados hijos míos. Gracias por responder al llamado de ésta Madre. Y os digo: ¡No Angusties! ¡Y no temáis! Porque aquí tenéis a la Madre, que viene a consolaros. Que viene a daros fuerzas, para seguir el camino. ¡Hijitos míos! ¡Escuchad Mis Palabras! ¡Escuchad Mis Mensajes! Mis advertencias y Mi llamados al mundo entero. Porque llamo como Madre a todos los hijos y convoco a todos los hijos. Para que todos encuentren la luz de Jesús.
En éste mundo de hoy, donde la oscuridad reina por doquier, donde la oscuridad reina en todas las comunidades.
¡Aquí, Hijitos míos, tenéis a la Madre! Que hace ésta advertencia al mundo entero.
Y vosotros debéis esforzaros todos los días de vuestras vidas, por seguir el camino del bien. Para seguir, en el camino del bien.
¡Escuchad Mis Palabras!
¡Escuchad, hijitos míos, Mis Enseñanzas!
Y que queden grabadas en vuestro corazón. Qué queden grabadas profundamente en vuestro corazón. Iluminad vosotros al mundo, oscurecido. ¡Iluminad vosotros a vuestros hermanos!
Que están en la oscuridad. Con vuestra oración, con vuestra entrega. ¡Aquí tenéis a la Madre! Que os abrasa a cada uno de vosotros, en forma especial, que os abrasa, que os cobija bajo su Manto Celestial. Meditad, Meditad, Meditad, Mis Palabras
Mensaje, 26 de Febrero 2009
Hora: 18.15
Le dice la Santísima Virgen a Vicente:
“Hijos míos. Benditos y amados hijos míos. Trabajad cada día para ser más humildes, trabajad y esforzaos para conseguir la virtud de la humildad, para que cada uno de vosotros comprenda el significado de la palabra humildad. Mirad a vuestros hermanos y mirad en ellos porque allí también está Jesús, porque en cada hermano está Jesús, aunque veáis, aunque sintáis palabras dolorosa a vuestros corazones, recordad que en cada uno de vosotros está Jesús y está esta Madre. A veces, muchas veces no comprendéis los caminos, pero Dios siempre os dará la respuesta necesaria a su debido tiempo. Vosotros mirad a vuestros hermanos y mirad allí que está el Corazón de Jesús, porque Jesús viene a morar en vuestros corazones, porque esta Madre viene a morar en vuestros corazones. Debéis entender y comprender mis palabras y crecer cada día en todas las virtudes: en la obediencia, en la humildad, en la caridad, en la entrega, en la profunda entrega hacia los brazos de esta Madre. Os cuesta tantas veces avanzar por este camino, os cuesta muchas lágrimas avanzar por este camino y esta Madre os ve y ve a vuestros corazones y ve a todos los hijos por igual y por todos los hijos también como Madre derramo abundantes lágrimas y veo las lágrimas de vuestros corazones y os comprendo como Madre, os entiendo y estoy aquí para guiaros y enseñaros el camino. Vosotros no debéis desconfiar de vuestros hermanos. Vosotros debéis tener el corazón puesto en el corazón de esta Madre, tener el corazón puesto plenamente en mis palabras, para que mis palabras os vayan guiando y modelando, os vayan transformando a cada uno de vosotros. Sabéis hijitos míos que tiempos difíciles os esperan, esperan a esta Nación, esperan al mundo entero y aun sí con tantas de mis advertencias, con tantos de mis mensajes invitando a la oración y a la conversión, aún así los hijos siguen enredándose en redes de muerte y de pecado, en redes de odio y de división, en redes de desamor, en redes que tiende el maligno para haceros desviar del camino y apartaros de mi lado.
Muchos hijos, muchos hijos en el mundo entero tomaron caminos equivocados y esta Madre advirtió, esta Madre previno a tiempo a los hijos, mas los hijos no escucharon a la Madre y siguieron otros caminos. En el mundo entero hay hijos que han perdido el rumbo, que han equivocado el rumbo. Muchas almas hoy están en la oscuridad seducidas por el enemigo y es esa mi batalla: librar a los hijos de las garras del adversario y os encomiendo a vosotros, pequeñas palomas de mi corazón, pequeños retoños de un gran árbol, os encomiendo a que trabajéis arduamente junto a esta Madre. Sois mis retoños, sois mis pequeñas palomas de mi corazón y quiero que pongáis todo vuestro corazón, plenamente vuestro corazón en esta Sagrada Obra. No busquéis el reconocimiento de los hombres, sino buscad el conocimiento de Dios. No busquéis que los hombres os adulen y os den palabras dulces, sino buscad siempre el estar ocultos, el estar atrás y que sea el nombre de esta Madre el que prevalezca. Entendéis? Comprendéis mis palabras? No desaprovechéis estas horas, estos tiempos, estos momentos, estos segundos que Dios, nuestro Señor os ofrece por su abundante misericordia. Cuantos verdaderamente, cuantos corazones quisieran estar en este momento en este lugar, aquí en esta hora, en este tiempo de la historia y en esta Santa Casa, cuantas. Valorad entonces estos momentos, este tiempo y estas horas que estáis recibiendo por la abundante misericordia del Señor. Hijitos trabajad, hijitos esforzaos. Hijitos, no temáis. Meditad, meditad, meditad mis palabras”
Hora:18.22
Le dice Jesús a Vicente:
“Hermanos míos. Benditos y amados hermanos míos. Sed sencillos, sed simples, sed abejas laboriosas, sed verdaderas ovejas de mi rebaño y nunca temáis porque en la barca estoy con vosotros. Trabajad conmigo y ayudadme a echar las redes, echad vuestras redes, echad junto a mi las redes en el mar del mundo para buscar almas, para buscar los corazones, para buscar a todos mis hermanaos. Echad lar redes y veréis cuan abundante es la pesca, veréis cuan inmensa es la pesca y ningún pescado se perderá. Echad las redes junto a mi Sacratísimo Corazón, echad las redes del amor, echad las redes de la paz, echad las redes de la caridad, echad las redes de la profunda verdad sobre el mundo y aprended junto a mí, aprended junto a mi Sacratísimo Corazón, aprended a ser mansos y humildes, a ser obedientes, a ser pequeños como niños, quién no se hace como niño no puede entrar en el reino de los cielos, quien no es como un niño no puede comprender y entender mis palabras. La división reina en el mundo, el odio, la maldad, la hipocresía, la banalidad reina en tantos corazones. En vosotros debe reinar la humildad, la caridad, la paciencia, la obediencia, la profunda paz, la profunda paz, la eterna paz. Cuantas aguas caudalosas se derraman sobre vuestras cabezas, entorpeciendo vuestros caminos, vuestros pensamientos, vuestras actitudes. No dejéis que las aguas tan turbulentas, tan encrespadas y tumultuosas quiten de vuestro corazón y vuestra mente mis palabras. Recordad cada palabra, el significado de cada letra, de cada coma, de cada punto en cada i. Recordad, meditad y afrontad todas las pruebas con valor, porque esta Obra Santa y bendita necesita corazones valerosos, almas generosas y entregadas, necesito corazones dóciles, firmes y jamás vacilantes, siempre firmes, siempre decididos, siempre entregados. No vengo para reprenderos, no vengo a retaros, vengo a enseñaros porque os amo infinitamente y quiero salvar vuestras almas y conduciros a todos a mi Reino Celestial. A todos mis hermanos quiero conducir a mi Reino Celestial. Os amo profundísimamente, eternamente, por siempre. Tomad vuestra cruz con gozo y alegría, ofreciendo cada dolor, cada perturbación, cada situación complicada, ofreciéndola por la salvación de todas las almas, por el reinado en el mundo entero de la verdad, de la paz, por el reinado en el mundo entero de mi Sacratísimo Corazón. Hoy debéis meditar mis palabras, profundizadlas cada día, en todo momento y tened confianza que mi mano poderosa, que mi mano siempre poderosa estará puesta en su momento justo, a la hora señalada, para encauzar todas las cosas, para encauzar todos los caminos. Sois mis ovejas, nunca lo dudéis, nunca. Meditad, meditad, meditad mis palabras.
Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
Hora de finalización: 18.29
Mensaje, 23 de Febrero 2009
_Hora: 18.15
Le dice la Santísima Virgen a Vicente:
“Hijos míos. Benditos y amados hijos míos. Esta Madre está aquí junto a vosotros para ayudaros en todo momento, para ayudaros en las pruebas y en las dificultades, para levantar vuestro corazón abatido, para levantar vuestro espíritu tantas veces tan abatido por los problemas del mundo. Vengo a ayudaros, socorreros, a levantaros y a que en vuestro corazón brille plenamente la luz de Jesús. Vengo a enseñaros el camino hijitos míos a cada uno de vosotros. A todos mis hijos en el mundo entero señalo una sola meta: Cristo Jesús, mi hijo amadísimo. El es el verdadero camino, el único camino a la vida eterna y vosotros pequeñas ovejas del rebaño de Jesús, debéis comprender mis palabras de Madre y enseñarlas a vuestros hermanos, comunicarlas a vuestros hermanos. Debéis florecer cada día, debéis dejar que esta Madre os conduzca y os modele, debéis plenamente, plenamente abrir el corazón para que la paz de Jesús more en vosotros, para que la paz de Jesús os haga plenamente dóciles. Debéis trabajar plenamente cada día para avanzar y subir un peldaño más de la escalera, trabajar en vuestro interior para sacar la maleza, para sacar las piedras, para sacar las espinas y dejar que florezcan las rosas que esta Madre ha puesto en vuestro corazón. Hoy tantas lágrimas derramo, abundantes lágrimas por los hijos que no quieren escuchar mis palabras, por los hijos que están por caminos tortuosos en el mundo entero y que siguen los caminos fáciles, los caminos amplios que conducen a la muerte eterna. No deben pues quedar archivadas mis palabras, mis mensajes, mis enseñanzas, mis advertencias al mundo. Vengo como Madre a enseñar y vengo como Madre a advertir al mundo, a advertir a mis hijos, a enseñar a los hijos cual es el verdadero camino.
Quiero hijitos míos que meditéis en vuestro corazón mis palabras cada día, a cada momento, en todo momento recordad cada una de mis palabras. Meditad, meditad, meditad mis palabras”.
_Hora: 18.19
Le dice Jesús a Vicente:
“Hermanos míos. Benditos y amados hermanos míos. Recibid mi Paz, recibid mi Amor nuevamente, recibid la Sabiduría de mi Sacratísimo Corazón sobre vosotros, recibid mi Divina Misericordia que os la vuelco en vosotros y en el mundo entero permanentemente, para salvar a todas las almas, vuelco mi paz en las naciones, en los corazones, pero muchos cierran las puertas, cierran las ventanas, cierran verdaderamente el paso a mi paz, a mi auténtica paz, a mi eterna paz. En mi paz está la verdad, en mi paz está el camino para vuestros corazones. El mundo, el maligno, Satanás trata de todas formas de haceros perder la paz, de haceros perder la serenidad.
Vosotros debéis confiar en mi Paz, debéis confiar en Mi Divina Misericordia y apartar vuestros ojos de las cosas oscuras y solamente mirar la Luz de mi sacratísimo Corazón. El mundo engaña, el mundo seduce, el mundo pervierte. Vosotros entonces debéis conocer profundamente, profundísimamente el Amor de mi Sacratísimo Corazón para que vuestras almas estén firmes, para que vuestro espíritu esté firme, para que vuestro corazón esté firme, que sea si-si, que sea no-no. Siempre así, entonces profundamente iréis creciendo, profundamente iréis avanzando, profundamente iréis conociendo más y más cada una de mis palabras. Buscad en mis palabras todo el amor y toda la paz para vuestras vidas, para vuestros problemas. Os traigo el Agua de la Vida Eterna para calmar vuestra sed, os traigo el Agua de la Vida Eterna para calmar vuestros dolores y vuestras tempestades internas, os traigo la brisa suave de mi Sacratísimo Corazón para calmar vuestra mente tan atormentada, tan atormentada por los problemas cotidianos. Comprendéis mis palabras? Entendéis mis palabras?. Comprendedlas profundamente en estos tiempos, en estas hors, en estos momentos. Os doy verdaderamente un manjar exquisito, un manjar suave a vuestros labios, un manjar para vuestro corazón y para vuestro espíritu, un manjar que saboreéis cada día y en todo momento y ese manjar son mis palabras, son mis palabras de Amor, mis palabras de Verdad, mis palabras de Corrección. Verdaderamente aferraos a mi Sacratísimo Corazón y estaréis en paz, estaréis en la auténtica paz. En mi corazón está el Amor, en mi corazón está la Luz, en mi corazón está la verdad. Sed vosotros también mensajeros de la luz y de la verdad, mensajeros auténticos, soldados verdaderos, soldados firmes y nunca titubeantes. Creed, creed, creed porque sois mis ovejas, porque sois mi pequeño rebaño. Creed, profundamente creed y jamás dudéis de mi Presencia junto a vosotros. Dejad que os transforme, dejad que os modele, dejad que os conduzca a todos vosotros, al mundo entero por el camino de la verdad, por el camino de la sinceridad, por el camino auténtico de la eterna verdad. El mundo no conoce mi verdad, porque hoy el mundo vive en el engaño, en la mentira, en el odio y en el crimen, porque hoy el mundo entero vive apartado de la ley de Dios, mi Padre y Padre de todos vosotros, porque el mundo vive apartado de los Mandamientos y los hombres se engañan mutuamente con palabras aduladoras, con palabras falsas, con palabras equivocadas y muchos corazones se engañan mutuamente, se engañan y se seducen mutuamente para no escuchar mis advertencias, para no recibir mi profundo llamado, para no aceptar cada uno su cruz, cada uno sus dolores, cada uno sus penas. Si he pasado por la Cruz., si he llevado mi Cruz, si he muerto en la Cruz y si he resucitado, es por todos vosotros y por el mundo entero y por todas las
almas por igual. Entended mis palabras, meditadlas, no las dejéis a un lado, hacedlas carne profundamente en vuestro corazón, hacedlas plenamente carne, profundamente, profundísimamente en vuestro interior. Os amo, os amo, os amo, profundamente os amo. Meditad, meditad, meditad mis palabras.
Leed Isaías Capítulo 13
Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
_Hora de finalización: 18.28
Mensaje, 16 de febrero 2009
_Hora: 18.15
Le dice la Santísima Virgen a Vicente:
“Hijos míos. Benditos y amados hijos míos. Hoy veis todo el mundo convulsionado, veis a todas las naciones de la tierra totalmente convulsionadas, veis a los corazones totalmente compenetrados en la oscuridad y en vosotros hijitos míos debe reinar constantemente la paz, en vuestros corazones debe reinar la serenidad para que así deis testimonio ante vuestros hermanos. Veis hijitos míos cuantos corazones se encaminan por los caminos tortuosos, por los senderos del mal. Veis hijitos míos cuantas almas buscan solamente lo superficial, lo vano, lo efímero y se olvidan, se olvidan totalmente de su fin, de su destino, se olvidan de hacer crecer en sus corazones la verdad y la justicia y se empecinan en una guerra constante, en una guerra encarnizada y cruel, pisoteando, aplastando a los pobres hermanos que vienen avanzando. Vosotros, pequeños hijos míos, debéis acudir entonces, en todo momento a los brazos de esta Madre y no debéis temer porque la Madre os cubre y os protege con su manto celestial, porque la Madre permanece junto a vosotros día y noche, amparándoos y protegiéndoos. Así, hijitos míos, vosotros debéis anunciar al mundo la Presencia de María junto a los hijos. Debéis comunicar, pues a todos los corazones el mensaje que María os trae y las enseñanzas que os brindo a través de mi Corazón Inmaculado, enseñanzas que son para vosotros y son para todos los hijos del mundo. Hay mucha oscuridad, mucha maldad, mucho pecado, entonces ofreceos diariamente al Señor, ofreceos al Señor para que aplaque su ira, para que aplaque el Señor su ira sobre este mundo y ofreced vosotros, vuestras penitencias, vuestros trabajos, vuestros dolores, vuestras pequeñas o grandes cruces para la salvación de las almas. Así también, así también hijitos míos, podráis llenar vuestras canastas con bellas flores, que son las flores y que son las almas que habéis redimido con vuestros sufrimientos. Hoy quizás os cuesta entender y meditar, pero pronto sabréis a lo que me refiero.
Meditad, meditad, meditad mis palabras”
_Hora: 18.19
Le dice Jesús a Vicente:
“Hermanos míos. Benditos y amados hermanos míos. Mis pequeñas ovejas, las ovejas de mi rebaño, las ovejas que estáis en mi redil y que escucháis la voz del buen pastor. Estoy a vuestro lado, estoy sosteniendo vuestros corazones para la lucha, estoy dándoos fuerzas abundantes para que avancéis y nunca retrocedáis, para que solamente viváis y miréis este presente y dejéis atrás todo lo pasado. Vengo a daros fuerza, vengo a daros valor, vengo a infundir en vosotros el fuego del Espíritu santo, los dones del Espíritu Santo para vuestras almas, os doy fuerzas para luchar, os doy amor para que el amor sea verdaderamente el que os transforme y os modele. Os doy paz, para que mi paz os modele completamente, para que mi paz os sane, para que mi paz os reconforte, para que mi paz os serene profundamente. Vengo a vosotros trayéndos mi verdad para consolaros y para poner el bálsamo en vuestras heridas, para secar vuestras lágrimas, para fortalecer vuestro espíritu abatido. No temáis, no temáis, no temáis y creed profundamente en mi Presencia, creed en mis palabras, creed en mi mensaje de amor y de esperanza. El mundo necesita ver la luz de mi Divina Misericordia, los hombres tienen que ver la luz de mi Sagrado Corazón, pero son tantos los que se niegan a esta oportunidad que les da mi Sacratísimo Corazón. Vosotros no temáis, vosotros permaneced fieles, fuertes, porque estáis conmigo en la barca, porque estoy con vosotros en todo momento, sosteniéndoos, fortaleciéndoos y dándoos mi profundísima paz. Tened fe, confiad plenamente en mí y dejad lo efímero y lo pasajero y dedicad vuestras vidas a mi Santísima Obra, vuestros días completos a mi Santísima Obra. Meditad, meditad, meditad mis palabras.
Leed Salmo 97
Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
_Hora de finalización: 18.23