Guía del Rosario
1º Nos hacemos la señal de la cruz:
«Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor,
Dios Nuestro. En el Nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén».
2º Nos ponemos en presencia de Dios y para que la oración llegue al Cielo pedimos humildemente perdón por nuestras faltas y decimos:
«Señor mío y Dios mío, reconozco que soy pecador, he pecado contra Ti y contra mi prójimo; Me arrepiento del mal que he hecho, porque me hice indigno de tu amor y merecedor de tu castigo. Confío en Tu Misericordia porque Tu Hijo Jesús murió por mí en la cruz; te pido que me perdones e imploro tu gracia para cumplir mi propósito de no ofenderte más».
Amén.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
G – Envía, Señor tu Espíritu y todo será creado.
R – Y renovaras la faz de la tierra.
Oh Dios que aleccionaste los corazones de tus fieles con la ciencia del Espíritu Santo, haz que guiados por ese mismo Espíritu, saboreemos la dulzura del bien y gocemos siempre de sus divinos consuelos. Por Cristo Nuestro Señor. Así sea.
G – Señor abre mis labios.
R – Y mi boca anunciará tus alabanzas.
G – Oh Dios, ven en mi ayuda.
R – Señor apresúrate a socorrerme.
G – Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R – Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Rezar el Santo Rosario diariamente con la siguiente intención:
«Que Dios envíe al mundo su Misericordia sobre todos sus hijos, que el Señor bendiga a sus hijos en todo lugar y que sus hijos lleguen a Él por el camino del amor».